Por ahora no sé que me ronda la cabeza.
Allá vienen, un bastión de pájaros ajenos a la nada.
Alzan la voz más que yo.
Plumas insurrectas como escopetas.
Entre ellas, guardan cartuchos de sin sabores e injurias mal pronunciadas.
Miran sin recelo alguno.
Vuelan al raso.
Sacuden los pensamientos uno a uno.
Bofetadas.
Dañando el orgullo.
Desnudando los recuerdos ya olvidados.
Que cojones es esto.
Pájaros que se creen musas.
Hasta aquí hemos llegado.
El papel sigue en blanco.
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