martes, 19 de junio de 2012

Redoble de campanas

Oigo campanas y no son las de mi funeral, por ahora, y es así me la suda, no pienso acudir… Si no es con un sombrero de arlequín, camisa de fuerza bien atada, pantalones sin bolsillos y las botas del lejano bandolero, mente en blanco, papel en los sobacos y sangre de tinta para escribir dentro del ataúd como suenan las campanas que por ahora, no se hacen oír.

No hay comentarios:

Publicar un comentario