Apaga la tele y estimula tu clítoris. Es más divertido que
andar con el mando cambiando de canal. Dicen algunos que es bueno hasta la
salud. Alivia tensiones, sientes placer y que bien te encuentras después,
pensar en la pareja o el vecino, el jefe o el profesor de pádel. Pensar en
orgías o tríos, en la cocina o el baño donde quieras menos el salón. Lugar
donde aguarda el mando del televisor. Nos conocemos demasiado y dudo mucho que
tengas claro el que agarrar, el mando o a mí.
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