Estoy diagnosticado con el Síndrome de Reynold, no entiendo lo que es. Me marchito como la rosa que aún es capullo dentro de esta
habitación. Fuera, en la calle brilla el sol pero no me importa porque no
calienta. Es artificial. Estamos en pleno invierno y que no me quite el sayo
hasta el 20 de Mayo. En esta época no me fío ni de mi sombra. Y me gusta cerrar
la puerta por dentro para que no se escape el gato, ni el frío.
Junto a Reynold
grandes lugartenientes en esta batalla contra la soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario