Y aquí estoy, encerrado sobre una plataforma de acero forjado colgado a cinco metros del suelo. Sé lo que me va a pasar. El sol me deshidratará y mi piel será áspera, tendré mareos y enloqueceré conmigo mismo. Pasados unos días sufriré por las quemaduras rezaré a los dioses del mal para que me den la salvación como cuando navegaba. Me rendiré y caeré moribunda en la jaula colgante, las gentes del lugar reirán y mofarán de mí. Me quieren muerto y en el infierno, allí esperan los de mi raza. Seré pasto de los buitres y cuervos hambrientos y mis ojos su mejor bocado. Así hasta que de mí solo queden dos huesos y una calavera. La muerte un vicio, un pasatiempo, mi destino.
"Santa Inquisición" eres bastarda e inhumana, tanto como yo pero gracias a tí he conseguido lo que muy pocos, hacer de mi vida mi pasión, mi lugar. De hacer todos los días lo que más quiero, estar borracho al mando de mi barco pirata y sentir como el viento chocaba en mi cara haciendo de la muerte mi libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario