martes, 13 de marzo de 2012

Marmita de ceramica


Veamos que se cuece en esta marmita de cerámica, alfarero enamorado. Dos orejas como asas,buen puchero para el paladar del sabio,del pastor o del propio escultor. Escultor de cuerpos sin vida, al final enterrados en el polvo que hace estornudar, como el que habita en los libros antes de leerlos. Veamos que se cuece en esta marmita de cerámica, cuantas cucharadas de rico potaje, trigo y cebada,cerdo y jabalí. Cuantos platos habrán servido tu piel de barro. Barro alicatado con agua. Pan que gustosamente siembra de migas el fondo, lo hondo del estómago. Del cochino se aprovecha todo, la pata, el lomo, la cara, hasta el rabo, todo eso, hasta lo que se puede contar han cocido los fogones de esta cocina con chimenea, ruralmente habilitada para la ocasión, ocasión de volver a encender el fogón y poner a calentar el cocer de esta marmita de cerámica que tantos buenos momentos han disfrutado los cinco sentidos.