Búscame cerca de la voz del silencio, en el eco muerto de mi
cabeza, entre libros de estantería y el polvo de las palabras escritas, lejos
de los colores y banderas, fronteras y patrias que no me representan. Búscame
mirando a la luna, cada madrugada, con el cigarro entre los dedos, mordiéndome
las uñas, desprendiéndome de las escamas del antebrazo. Búscame dentro de este
cuaderno, a cualquier hora, de dia o de noche, haga frío o haga calor, a en
punto o a menos diez, dentro de las dos neuronas que me hacen pensar, entre su
eco y mi entender. Búscame dentro de la incoherencia, de la mala ortografía,
cerca de los caguen dioses, abortando versos.
Búscame, dime que me quieres
buscar, que tal vez, me quiera perder.