lunes, 23 de abril de 2018

Mi yo

Reconozco que estoy
en uno de esos cambios;
vitales
de etapa
de aire
incluso emocionales.

Cambios que todo vivo ser
debe tener
por crecimiento, conocimiento
madurez o lucidez
en mi caso...
Sin razón.

Lo mio se trata
en el egoìsmo
y la avaricia
que rompe el saco,
llevo unos otoños
sólo rodeado de gente
bien acompañado pero inerte
sumido en una grave crisis
sociopersonal,
personalmente sucio
dentro del pozo
de mierda hasta el hocico
continuamente esnifando el metano
del bajo vientre
de mi mente.

Siempre conformandome con poco
tanto que de oficio tengo los peces
por ahora
alternados por copas y cafès
vueltas que da la vida,
escoceses, irlandeses, jamaicanos
pensando que sólo eran
paisanos de sus paìses
pero no,
tambièn denominacion de cafès
comiendos raros pero comunes
improvisar debajo de la piel
corre por las venas
ninguna meta
pero tengo cojones como para
parar un tren
dos y tres,
me da igual donde
si lo que quiero
son los andenes
donde nunca me he bajado
los pantalones.

Desde que "La Maamma"
me trajo al mundo
hasta un martes trece
de la trigesimo novena semana
en los veintidos del calendario
el niño / adolescente y cabron
más feliz del planeta entero
y
parte del extranjero.

Hasta aquel martes no creía
en los cambios de la vida,
a los bruscos me refiero
como puede ser una muerte
un desahucio o un cancer terminal,
sucede
pasa que durante cinco años
he estado sumido dentro
de mi propio teletexto
a oscuras y sin señal.

Pozo ancho
alto
mucho silencio
demasiado eco.

Acojonada anduvo mi vida
temiendo mi propia muerte
viendo mi fneral endiferido
porque no me daba la gana
de vestirme para el partido.

Siempre titular bajo el mandato
internacional de la vida
ganando titulos
haciendo más amigos que enemigos
en campeonatos
sobre los peores terrenos
los más hostiles;
las piedras del barrio
las durísimas entradas
a destiempo
y en fuera de juego
con los tacos por delante
y el cuchillo entre los dientes
rompièndome la pierna
en tres partes
y el alma en mil más.

Más de mil veces
he topado con el rostro
que sonrie en el espejo
pero núnca tan profúndamente
en el interior
en la desnudez
de la segunda vez que tropiezo
y la tercera que levanto el vuelo
despuès de haber estado
tocado
hundido
y por supuesto
que no me arrepiento
de haber entrado
en mi cárcel de aislamiento
sin salir al patio,
redondo como el mundo
que sigue girando
y al tiempo
ni dios le quita lo bailado
que si lo hace
a lo mejor
desgasta y deja en quiebra
la banda sonora,
y a tres metros
del suelo
a hombros de mis queridos
que dejaron el aliento
haciendo lo posible
para buscar un papel en blanco
la mejor droga sin cortar
sin cortarme la lengua
cortándo las pollas
a los fantasmas
que enturbian
cada despertar
dibujando pesadillas al alba,
lucho
a contra viento y marea
para que
no me quiten el sueño.

Sin mayor mal que la muerte
despuès de caer sin frenos
y cuenta abajo
en una depresión,
silencié los sueños
pero acabo de darme cuenta
que si dormimos
es pars cumplirlos
cada despertar;
y me juzgaron por dormilón
de insensato
y cateado en madurez
y en uso de razón
por autodespedirme
del trabajo,
por rechazar contratos largos
sabiendo que eran
pan para hoy
y hambre para desayunar,
tambièn me han juzgado
por haber cumplido
el mayor de mis sueños
montarme en la patera
de los autó(monos)
y empresaurios.
Sí, durante dos años
y como buen bucanero
hundí  la txalupa
antes de encayar
en la mala vida
del desvivir
para sobrevivir.

Digan lo que digan
los pelos del culo abrigan
y que mueran de calor
l&s que no dieron un duro
con la cara de Franco
cada vez que sonaba el despertador
pars chupar frio en verano
y como estalactítas en invierno
curtiéndome
física y mentalmente,
luchar sin fuerzas
tras ilusiones
sudando sangre
por luchar
contra viento y marea.

Reconozco que estoy
en uno de esos cambios
vitales
de etapa
de aires
incluso emocionales,
lo sé
pero...

¿Sabes qué?

He llegado a ver la luz
al final del famoso túnel,
varias veces...
Y de verdad
que al fondo,
a lo lejos
vi como la lucidez
se adueñaba
del reflejo del espejo.

Blanco y en bolsa

Los dìas pasan
como paso las hojas del calendario
que cuelga de la pared
de la cocina.

Cuelga el retrato
de nosotros mísmos
cuando èramos grandes
hacièndo sombra a las luces.

Apagándolas
como el que desenchufa
la realidad
en diferida
pero de pago.

Nos invitamos a robar
las perdices
de los cuentos remasterizados
por el autónomo
experto en robar besos
en discotecas
con la única salida
en los baños.

Sin tirar de la cadera
se pudre el respeto
de ninguna noche loca
entre tu sombra y la mia.

Miedo o vergüenza ajena
núnca fuímos
envenenados de alcohol
vício o deseo
siendo protagonísta.

Cómico
abogado del diablo
cómplice de falsas palabras
cobarde ante la verdad
durante
una temporada
acusado de lapidación
como juez
sentencia
y encarcelado,
cadalso
guillotina
y violador sentimental
reviolado.

Y podría caer
en otro trauma
de esos de no poderme levantar
pero no,
por mis ovarios
que si caigo
va a ser de pie.

Pasan los días
pasan las noches
con sus mañanas
y mediodías,
a horas
y deshoras,
me acomodo en mi sitio
de brazos cruzados
atado a la camisa de fuerza
que tengo por abrigo
por si enfría en verano.

Pena

La pena no se puede matar
hay que dejarla morir;
de hambre, ganas
o aburrimiento
tambièn entra la opción
de convivir con ella.

Compartir todo
y todo es todo,
desde el cepillo de dientes
hasta la compresa
tambièn el hambre
las ganas
o el aburrimiento.