miércoles, 30 de octubre de 2013

Iluso de mi

Cada día que pasa, la vida me pone más cuesta arriba eso de vivir. Las manillas del reloj me cuentan que ya están cansadas de tanta manipulación, y tonto de mí que aun sabiéndolo sigo pensando que solo necesito un poco más de tiempo. Pobre iluso. 

Iluso, palabra que no viene de ilusión ni mucho menos. 

Hace muchos muchos días que he perdido las ganas de soñar, de creer y de sentir. Las ganas de seguir, de imaginar y de escribir. Y era el papel en blanco el que me hacía volar, me hacía sentir libre importándome una mierda todo lo que me rodeaba, hace muchos muchos días.

Ahora que el boligrafo se ha cansado de escribir y a mi alrededor solo está la presencia robusta del tic-tac del reloj me siento más iluso. 

Iluso, palabra que no viene de ilusión ni mucho menos. 

Sin prisa pero sin pausa

Nunca he metido prisa a las palabras para que salieran libres sin sus riendas por inhóspitos parajes para el ojo humano. 

Blanco, totalmente blanco hasta el horizonte. Blanco hasta que la tinta no de paso a su función. 

Cómo van a salir las palabras si la caligrafía se ha quedado sin nada con lo que escribir.