viernes, 29 de marzo de 2013

Polos opuestos


Somos tú la luna y yo el sol,
tú el frío y yo el calor,
tú eres el vengo y yo el me voy,
tan opuestos como el verano y el invierno. 

Tu eres el sí y yo el no, 
tú el no y yo el sí pero somos. 

Somos tú el norte y yo el sur, 
tú la dama y yo el vagabundo un don juan sin poesía y tú la musa que ofrece palabras a cambio de nada, pero somos. 


Somos tan opuestos que nada nos puede detener. 

De la pared...


He tenido en posesión ausente todos los segundos invisibles que no dejan a nadie indiferente. Entre los dedos un cigarro poco aliñado, que luego no me entero de lo rápido que corre el tiempo. Me enervo y me agobio por querer hacer visible lo invisible. Los fantasmas de lugares abandonados, la libertad que atrae a las palabras, el destino que lo tengo por ahí escondido buscando los segundos perdidos que albergan este cuaderno. Ya no me dice nada cuando lo tengo abierto de par en par con el papel en blanco. Corren los segundos invisibles. Entre los dedos solo quedan las cenizas y una colilla.

El tiempo muerto cuelga de la pared. 

Deseo al deseo


Deseo al deseo impreso en tu piel, y el placer de una lágrima llena de felicidad. Rozo y toco tu cuerpo semi desnudo, me enciendo y no quiero apagarme. 

En ti se escribe la lujuria y el bienestar, físico y emocional. Te hablo y me escuchas, te oigo y callo. 

Es hora, la exacta para escribo en tu espalda sin pluma ni tinta, con mis dedos que hablan del deseo. 


El deseo en tu cuerpo ya desnudo.