lunes, 23 de abril de 2018

Blanco y en bolsa

Los dìas pasan
como paso las hojas del calendario
que cuelga de la pared
de la cocina.

Cuelga el retrato
de nosotros mísmos
cuando èramos grandes
hacièndo sombra a las luces.

Apagándolas
como el que desenchufa
la realidad
en diferida
pero de pago.

Nos invitamos a robar
las perdices
de los cuentos remasterizados
por el autónomo
experto en robar besos
en discotecas
con la única salida
en los baños.

Sin tirar de la cadera
se pudre el respeto
de ninguna noche loca
entre tu sombra y la mia.

Miedo o vergüenza ajena
núnca fuímos
envenenados de alcohol
vício o deseo
siendo protagonísta.

Cómico
abogado del diablo
cómplice de falsas palabras
cobarde ante la verdad
durante
una temporada
acusado de lapidación
como juez
sentencia
y encarcelado,
cadalso
guillotina
y violador sentimental
reviolado.

Y podría caer
en otro trauma
de esos de no poderme levantar
pero no,
por mis ovarios
que si caigo
va a ser de pie.

Pasan los días
pasan las noches
con sus mañanas
y mediodías,
a horas
y deshoras,
me acomodo en mi sitio
de brazos cruzados
atado a la camisa de fuerza
que tengo por abrigo
por si enfría en verano.

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