A la sombra de la luz, me veo sentado en el espejo, tallando
palabras en papel, con la ayuda de un cincel arremeto contra mi conciencia,
limpia por ahora, que no es más que el pulgar que se hace derogar, enhebrando
la locura que hoy me siembra. Y mañana, y también pasado, y sentado en el espejo alimento palabras sueltas que no esperan más que al punto y final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario