Bederatzi |
Y...Me quiero
montar un rinconcito entre tus muslos y el ombligo, sitio donde pasar los días
cuando tenga frío, calentarme cuando no tenga nada que hacer, algo más que las
manos y los pies. Allí, en el vaivén de tus caderas, allá donde estés. Voy a
pintar las paredes con el pincel que dicten nuestras manos, y colores del placer que
produce el deseo de querer quererte hasta que todo esto acabe.
Hasta que los
dos, juntitos, nos corramos.
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