Por mucho que intentes encerrar todos los pájaros que tengo
en la cabeza, no podrás. Los tengo adiestrados para escapar. Quieren sus
elegantes plumas, su bilis afrodisíaca y sus exquisitas carnes, pero son
rebeldes y risueños, enseñados a luchar contra viento y marea, redes y
escopetas. Son listos y escurridizos pero no
inmortales y alguno ya ha caído preso, que triste cuento. Podrán
cazarlos uno a uno cuando solitarios vuelan a su rollo, pero jamás si se unen y
son todos son uno, ala con ala, pluma con pluma.
Por ahora nunca nadie ha podido con el escuadrón buitre,
también llamados batallón de libre pensamiento.
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