Encalle en la arena con el retroceder de bravas olas sin nada bueno que
contar. Ice mojado y moribundo un palo sin bandera. Estos remolinos y
corrientes de mares de hiel me han enseñado que un trozo de tela nunca ha
significado nada. Las sirenas se acuestan en las rocas y echan
el pestillo al pasar. Neptuno les corto la lengua tal día como hoy, por
desafinarle a la luna tristes recitales de poesía. Aquí, las rocas son
afiladas con mucho gusto y arañan algo más allá de la piel. Los piratas no
usan balas de fogueo, y los delfines nunca siguen marineros a la deriva.
Las estrellas se han manchado de óxido y cal. Las fugaces se ríen al
cruzar. Se cambian poemas por musas y amores por folla amigos. Todo es
raro muy raro, pero sé que el rumbo jamás cambiara.
A la deriva.
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