domingo, 5 de febrero de 2012

Propia libertad

Dicen que sabe pronunciar todas las palabras de un tirón, sin prisa pero

sin pausa, a su ritmo, más que hablar profetiza, son cosas suyas, sin

locuras. No sabe sumar ni restar, menos algebra. Pero sabe latín. Pinta

cada noche su voz a la intemperie, los gatos se paran al pasar y los

balcones se tiñen de tiernas miradas. Es socio de la locura, o de su

libertad. La que él quiere, la que necesita. Mata la soledad con tristes

palabras que solo él siente y los que miran jamás querrían sentirlas.

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