Donde se acuestan las flores despierta una sonrisa que
espanta al frío y en su mirar despega un brillo que ilumina el camino oscuro,
las noches sin estrellas, los pasos inciertos… Dentro de sí, un cosquilleo
incesante de gratas sensaciones, cargas positivas, talismán de cada noche,
magia bajo la luna.
Cuatro manos,
dos sexos,
una sola acción.
Hasta que salga
el sol y las hormonas mueran de sed a las puertas de donde se acuestan las
flores, bajo un cielo sin estrellas Adán y Eva mueren de ganas por volverse a
morder.
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